Escribe: Ing. Armando Samaniego Orellana
Ya los partidos políticos se perfilan para intervenir en las elecciones Nacionales y Locales. Intentaran ganarse nuevamente la confianza de la ciudadanía.
En un régimen democrático los partidos son las instituciones cuya misión es escuchar las demandas de los ciudadanos, elaborar proyectos y proponerlos de manera que puedan implementarse.
Ciertamente los partidos políticos han conseguido avances significativos en cuanto a la democratización del país, pero lamentablemente en estos momentos las estadísticas y los sondeos de opinión demuestran que existe una crisis de credibilidad en los políticos. Ya que no se ve mejoras en las demandas elementales, como el abatimiento de la pobreza extrema, el mejoramiento de los niveles de educación y salud, el fortalecimiento de la seguridad pública, el combate al narcotráfico, la promoción de la justicia, la ética en el ejercicio de la función pública, la transparencia y rendición de cuentas, etc.
Es frustrante ver cómo, para algunos candidatos, el partido es sólo un trampolín y cómo hay grupos que caen en el pragmatismo de alcanzar el poder para su propio beneficio.
Hoy más que nunca es indispensable que en los partidos se cultive un espíritu de servicio y que la fidelidad a los principios e ideales, se traduzca en una contribución positiva al progreso y a la solución de los problemas económicos y sociales.
Por eso es urgente reconstruir la confianza de los ciudadanos a fin de que todos colaboremos en el fortalecimiento de nuestras instituciones y del estado de derecho.
“Más que de un proyecto de Nación lo que nuestro país necesita es un proyecto al servicio de la Nación”. Queremos proclamar nuestra convicción de que es posible construir entre todos un Perú que sea un país de mayor justicia, equidad y oportunidades.
Fijemos nuestra atención en personas, con capacidad y hoja de vida intachables. Cuyo trabajo profesional hable por si sobre su labor cotidiana.
¿QUE LÍDER O
AUTORIDAD
QUEREMOS?...
Un líder debe ser mas que un guía, debe ser un ejemplo, con ideales que trascienden en el tiempo, con una idea firme de lo que desea obtener, pero sobre todo de lo que espera para sus seguidores sin buscar un beneficio propio, ejemplo de virtudes, un ejemplo de aplicación de los buenos valores, que deben guiarse a través de los valores universales como son: el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la justicia, la bondad, el amor, la prudencia.
Estos valores no solo deberán estar en el líder y guardarlos como parte de su esencia sino que deberá transmitirlos a todos y cada uno de los individuos que lo rodean.
Un claro ejemplo que no podemos olvidar se presenta dentro de la célula de la sociedad y es la familia donde los padres son los guías, los líderes de esta y por lo tanto deberán aplicar y transmitir de forma clara estos valores para con sus hijos.
La única forma en que cualquier individuo pueda ejercer su liderazgo dejando huella, es mediante la aplicación de los valores éticos. Queremos resaltar que la honestidad, la justicia y la confianza son los principales valores que los líderes de hoy deberán retomar, ya que la sociedad actual esta retomándolos como uno de los factores principales para poder creer en ellos, adicionalmente deberán contar con un proyecto de ideas claras que logren trascender por la grandeza de las expectativas a las que aspiren para así formar una sociedad más justa, mas honesta, responsable y de bien para todos. Por tal razón “un líder comienza a dejar huella desde su familia, con sus hijos, con sus seres más cercanos después pasará a convertirse en un líder recordado por todos”.
No olvidemos que podemos pasarnos la vida queriendo transformar al mundo o queriendo que los demás cambien pero el cambio se da cuando cambien los integrantes, no cuando se cambie a uno de ellos, esto es queremos que mejore un país cambiando al presidente, pero de nada sirve tener un buen liderazgo presidencial, si el resto de la población no lo apoya, debemos cambiar cada uno en el liderazgo personal y familiar formando una sociedad mas justa honesta y respetuosa. Como dijo un gran líder. El trabajo más importante no es el de la transformación del mundo, sino el de la transformación de nosotros mismos. Juan Pablo II
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