Como ya es una tradición en el Perú y en el mundo, la población recibió el Año Nuevo con esperanza y con el deseo de que se cumplan sus deseos de prosperidad y crecimiento.
El advenimiento de 2009 se hizo en medio del ritual característico de estas fechas, en las que se cumplió una serie de cábalas para garantizar un año próspero, y cómo no, en bailes familiares y en discotecas, clubes y a lo largo de todo el litoral cañetano, donde se levantaron miles de campamentos.
Desde temprano, la población ultimó los detalles para celebrar el acontecimiento, ya sea en el hogar o en la casa de algún familiar o amigo.
Cómo ya es tradicional, muchas personas fueron en busca de la prenda amarilla, las uvas, las flores, las menestras u otros elementos que usaron como cábala para atraer la buena suerte, mientras que otros se abastecieron de alimentos, sobre todo enlatados, de agua embotellada o bebidas alcohólicas de todo tipo, con las que brindaron a la medianoche.
Los que esperaron el último momento para viajar a nuestra provincia tuvieron que pagar el sobreprecio que impusieron los transportistas interprovinciales. Conforme avanzaba la hora, los precios de los pasajes se dispararon hasta en ciento por ciento, lo que provocó malestar entre los pasajeros, que tuvieron, sin embargo, que resignarse a pagar el sobrecosto.
AL BORDE DEL MAR…
Como es una costumbre desde hace algunos años, el campamento a la orilla del mar es una muy buena opción para despedirse de 2008 y recibir el Año Nuevo. Por ello, es que la Panamericana Sur se congestionó de automóviles de todo tipo que se desplazaban hacia las playas de nuestro generoso litoral.
Familias enteras y grupos de amigos llegaron en caravanas de automóviles y camionetas, mientras efectivos policiales controlaron el correcto desplazamiento de vehículos y distribuyeron folletos con recomendaciones de seguridad, en el marco del Plan de Seguridad por fin de año y el denominado Verano 2009.
Las playas de Cerro Azul, Los Lobos, Puerto Fiel, Sarapampa, Asia, León Dormido y La Ensenada, Asia fueron las que más público captaron y donde las familias instalaron carpas, mesas y parrillas para celebrar en grande.
CENA DE AÑO NUEVO…
Las familias escogieron una diversidad de potajes. Muchos repitieron el pavo, pero también el pavipollo, pollo, lechón horneado, ensaladas y guarniciones de diversa índole y el infaltable panetón. Para brindar, el vino espumante y el champán de marca, para los que pudieron comprarlo, fueron los elegidos, pero muchos otros lo hicieron con pisco y la tradicional cerveza.
Como era de prever, el uso de pirotécnicos fue más notorio que en Nochebuena, y en esta oportunidad no faltó la quema de muñecos con los que se despidió al viejo calendario y se recibió con fe el nuevo año, que será mejor, según opinión de muchos, para el Perú.
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